martes, 15 de enero de 2013


 Nada bueno, eso queda de todo, nada bueno. Ni una sonrisa, ni un beso de buenas noches, absolutamente nada. Supongo que los hubo, hubo un tiempo en el que fuimos felices, es solo que ahora cada vez que pienso en nosotros solo me vienen a la cabeza las tardes esperando a que sonase el teléfono, las noches que volví llorando a casa, los sueños rotos, la esperanza perdida, el frío, ese frío que sentía a tu lado. Vacío, pero no el vacío que se siente cuando no te importa, un vacío que te hace sentir pequeña, que duele y duele muchísimo, que no te deja dormir.
Sabía lo que hacía cuando me quedé contigo, sabía que no acabaría bien, sabía que me haría daño pero es que no era capaz de imaginarme una alternativa. Para mi, solo estabas tu. He intentado recordar con cariño, he intentado respetarte todo este tiempo, disculparte, y no por ti, sino porque me sentía incapaz de aceptar el hecho de que fui tan estúpida que te elegí, que te imaginé en mi futuro y me gusto, que hice lo imposible porque te quedases, me parecía mas fácil creer que merecías todo eso.
Cuando pienso en nosotros, siento asco de mi misma y no se a quien odio más si a ti o a mi. Leí unos mensajes el otro día y fue extraño, parecía otra persona quien te respondía y quizá así fuera, porque no puedo identificarme con la chica que se prestó a ser tu juguete durante tanto tiempo. Lo siento, lo siento mucho y siento mas aún no haber sido capaz de mirarte a la cara mientras te decía todo esto. Pensé hacerlo, muchas veces, porque pensé que así quizá me librase de toda esta rabia y podría dejar de sentirme humillada. Odio cada cosa que hice por ti, con toda mi alma, odio que puedas recordarme como la chica a la que solo le faltó suplicar para que te quedases. No se como llegué a eso, no tengo ni idea, pero se que si hubieras merecido aunque fuera la mitad de esas cosas, jamas me habrías permitido llegar a ese extremo, no habrías permitido que olvidase lo valiosa que soy y te habrías ocupado de recordarmelo, no habrías permitido que fuera a tu casa viernes tras viernes sabiendo que ibas a destrozarme.
No te he perdonado, no creo que pueda perdonarte. Me gustaría ser de esas personas que se acuerdan de sus relaciones pasadas y tienen buenas palabras para describirlas. Eso sería genial porque significaría que no invertí tres años de mi vida en una una pesadilla autodestructiva, pero no es así.
Se que es muy extraño que de pronto me de por decir todo esto cuando no lo he hecho hasta ahora, pero es que ahora alguien se ocupa de hacerme sentir especial, y valiosa, me escucha y le importo mucho, estamos construyendo algo genial juntos y a mi me cuesta mucho creer en ello, me cuesta creer que pueda pasarme algo bueno a mi y es porque tu me quitaste la fe en las cosas,  la confianza en mi misma, y solo me dejaste el miedo.
 Y yo voy a dejar de tener miedo porque he tenido la suerte de dar con alguien que se ha tomado la molestia de tener paciencia y de devolverme la confianza y las ganas de luchar. Pero siempre que me acuerde de aquel tiempo que pasé contigo, me arrepentiré, y me sentiré un poquito peor conmigo misma, y tu deberías sentirte mal por ello.

No hay comentarios:

Publicar un comentario